Durante casi diez años, las comunidades de California han luchado por normas que protejan a sus familias de la producción de petróleo. La seguridad de nuestra salud y la de nuestros hijos debería ser un hecho, pero la verdad es que para muchos eso dista mucho de la realidad en la que viven.
A la industria petrolera se le ha permitido participar en prácticas de perforación que han demostrado ser peligrosas. Los científicos han confirmado que una distancia de 3200 pies es la distancia mínima de seguridad entre los sitios de extracción de petróleo y las comunidades cercanas y, sin embargo, se siguen realizando perforaciones petroleras justo al lado de nuestras escuelas, hospitales y zonas residenciales.
Se ha demostrado que esta exposición constante a las perforaciones de petróleo causa graves problemas de salud. Yo mismo soy prueba de ello, ya que crecí en una comunidad donde el asma infantil y otras enfermedades crónicas como resultado de las perforaciones petroleras cercanas son comunes.
A pesar de las innegables pruebas de que lo que están haciendo está causando graves daños a millones de californianos en todo el estado, la industria del petróleo y el gas ha rechazado una y otra vez cualquier intento de protegernos. Para ellos, nuestras vidas y nuestro bienestar no merecen el recorte salarial.
Estamos hartos de tener que luchar contra las grandes empresas petroleras por nuestro derecho a un aire limpio sólo para que puedan ganar aún más dinero a costa de la seguridad y el bienestar de nuestras familias. Pero no hemos perdido la esperanza. Hemos logrado mucho en los últimos años gracias al apoyo tanto de las comunidades locales como de los simpatizantes de Clean Water Action. Pero aún nos queda un mucho camino por recorrer. y no tenemos intención de parar hasta que todos los californianos estén a salvo.